Aprendizaje activo para el personal humanitario de primera línea: un paquete de recursos

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Publication language
Spanish
Pages
47pp
Date published
11 Oct 2022
Type
Tools, guidelines and methodologies

El conocimiento que posee el personal de primera línea —aquellas personas

de aprendizaje

que participan directamente en la ejecución y el seguimiento de los

programas— es fundamental para llevar a cabo una acción humanitaria de

calidad. Estas personas adoptan decisiones y solucionan problemas a diario mientras trabajan con poblaciones afectadas por una crisis. Las interacciones que tienen con las comunidades generan información importante sobre el modo más eficaz de ejecutar los proyectos para atender las necesidades locales. Las decisiones que se toman a partir de este conocimiento empírico pueden ser tan valiosas como las decisiones que se adoptan a través de evidencias más formales y explícitas (Campbell y Knox-Clarke, 2019).

No obstante, la maximización del potencial del aprendizaje del personal de primera línea no está exenta de dificultades:

1. El personal de primera línea normalmente dispone de poco margen
a título individual para tener en cuenta su propio aprendizaje. Los procesos existentes de seguimiento y evaluación tienden a atender las prioridades de las organizaciones o los donantes, y no dejan espacio para que el personal de primera línea identifique o solucione problemas por sí mismo durante la ejecución.

2. La naturaleza compleja y de rápida evolución de los contextos humanitarios conlleva que los proyectos planificados puedan tener que adaptarse para satisfacer las necesidades cambiantes de las poblaciones. Es más difícil conseguir cambios efectivos y oportunos cuando no se le saca el máximo partido al conocimiento del personal que está más próximo a las comunidades ni se respeta en el seno de una organización.

3. El conocimiento de cada miembro del personal de primera línea no
se suele compartir de forma habitual con pares o colegas de puestos superiores. De este modo, las experiencias obtenidas a partir de la ejecución de un proyecto no se emplean adecuadamente para mejorar
los resultados de otros proyectos en curso o futuros. El intercambio y la valoración de ese conocimiento podrían dar lugar a proyectos más eficaces y una mayor eficiencia en toda la organización.